El oro pulido en joyería es un acabo reluciente y brilloso el cual estamos acostumbrados a ver.
El oro mate es un acabado áspero y sin brillo pero muy elegante que se asemeja a una reliquia, antigüedad, siendo discreto y no llamativo; es más fácil de combinar, incluso con joyería de plata ya que no rompe el esquema de vestimenta.