“La volatilidad del mercado será extrema y vamos a necesitar fuertes anclas para sobrellevar esta crisis.”
Nuestra economía actualmente está en una crisis que se ha estado gestando durante décadas. Detrás de su aparente estabilidad, nuestra economía está en peligro porque la energía barata, la base de la economía global, ha llegado a un punto de inflexión: a partir de ahora, la energía será más cara.
El costo será demasiado bajo para que los productores de energía ganen lo suficiente para invertir en la producción de energía en el futuro, y demasiado alto para que los consumidores tengan suficiente dinero para gastar libremente después de pagar los elementos esenciales de energía, alimentos, vivienda, etc.
Durante los 100 años en que los recursos eran baratos y abundantes, podíamos desperdiciarlo todo y llamarlo crecimiento: cuando un electrodoméstico iba al basurero porque estaba fallando y había que comprar uno nuevo, ese desperdicio era llamado crecimiento porque el PBI aumentó cuando se compró el electrodoméstico de reemplazo.
Esta es la razón por la cual la economía global es una economía de vertedero de “desperdicio es crecimiento”. Cuanto más rápido termina algo en el vertedero, mayor es el crecimiento.
Ahora que hemos consumido todos los recursos fáciles de obtener, todo lo que queda es difícil de conseguir y costoso.
Los precios se multiplican por diez rápidamente, esto quiere decir que un nuevo billete de $100 compra la misma cantidad que el anterior billete de $10. Agregar ceros a nuestro dinero (hiperfinanciarización) no hace que todo lo que es escaso, caro y difícil de conseguir se vuelva barato de repente.
Jugar juegos hiperfinanciarizados (crear dinero, pedir prestado mañana para gastar más hoy e inflar burbujas especulativas en acciones, vivienda, etc.) no creará más de lo que es escaso. Todo esto agrava la desigualdad de la riqueza, socavando la estabilidad social.
La economía ha llegado a un punto de inflexión donde todo lo que es insostenible finalmente comienza a desmoronarse. Cuando un sistema crítico colapsa, la crisis se propaga rápidamente a todo el sistema económico como cuando una ficha de dominó que cae derriba todas las demás fichas que serpentean a través del mundo.
Las subidas de tipos de interés de la Fed pueden marcar el comienzo de un nuevo entorno económico aún más difícil. La Reserva Federal elevó, la semana pasada, las tasas de interés en 0.75%, marcando un final abrupto a más de 40 años de tasas de interés a la baja y cercanas a cero.
El cambio sacudió los mercados financieros, elevando las tasas hipotecarias a su nivel más alto en casi 14 años, enviando bonos a su caída más pronunciada y hundiendo inversiones especulativas como acciones tecnológicas y criptomonedas.
A medida que la economía se ajusta, se avecinan más alborotos. Los consumidores, que ya sienten la presión de los precios más altos, pagarán más por los saldos de las tarjetas de crédito y los préstamos para autos, y las empresas menos solventes tendrán dificultades para recaudar el dinero necesario para contratar y expandirse.
La recuperación inusual de la recesión pandémica superó esas preocupaciones. Billones de dólares en estímulo federal, junto con el impacto de los enredos en la cadena de suministro y la guerra en Ucrania, se combinaron para impulsar la inflación a un máximo de 40 años del 8,6% y es precisamente esa alta inflación la que llevo a la Fed a subir las tasas, lo que está dificultando también que las personas aumenten su riqueza.
Ahora, la Fed proyecta que su tasa de política a largo plazo rondará el 2,5%, un nivel que no ha podido mantener de manera constante desde la crisis de 2008.
Powell, que el año pasado reconoció tarde la amenaza de la inflación y se sorprendió nuevamente el mes pasado por la rapidez con que subieron los precios en mayo, reconoce que el camino a seguir no está claro. Mientras tanto, los mercados y los hogares pierden la fe en que la Fed pueda manejar la inflación.
La economía está desmoronándose poco a poco, las cosas están totalmente desordenadas e impredecibles y esto solo nos dice una cosa: la volatilidad del mercado será extrema y vamos a necesitar fuertes anclas para sobrellevar esta crisis. La mejor opción de refugio es poseer oro y plata certificada de Onza Troy Perú ante tanta incertidumbre.
